A pesar de mis años, algunos dirás que muchos, que soy una vieja, no me siento así y cada día quiero aprender más y aprovechar tanta tecnología, tantas cosas que hay entre nosotros, a nuestro alcance. Llegué al mundo en la época de la radio, de los telegramas, de las cartas, de las cocinas de leña, de las canfineras y candelas, de halar el agua del río, (ah y los ríos eran limpios y con muchos peces) de pies descalzos, de largas caminatas o cabalgatas, de cultivar y cosechar lo que consumíamos, de ordeñar las vacas, de cortar la caña y seguir el proceso en el trapiche hasta obtener al dulce, de alimentación sin químicos, sin azúcar, sin gaseosas, sin papel higiénico, sin toallas sanitarias, sin gas, sin electricidad, sin televisión, sin teléfonos, sin refrigeradoras, sin lavadoras, sin drogas...de pronto el mundo cambió y no para de cambiar cada día a cada instante, para bien y para mal.
Es la decisión de cada quien tomar lo mejor de todo y avanzar, sabiendo que de las decisiones que tomemos hoy seremos responsables y será lo que cosecharemos mañana.
Quiero vivir más de 100 años, quiero ver cuanto sigue cambiando mi mundo y cuanto me seguirá haciendo cambiar.


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